Exactamente hace 12 años estaba asombrado entre la aglomeración más grande que he visto en el episodio de la historia moderna mexicana llamado "Toma de protesta del Presidente Legítimo de la Nación". Ese día cambió mi vida. Comprobé que las televisoras nacionales sí estaban muy vendidas y amordazadas por el poder político, decidí dedicar mi vida a la defensa de los derechos humanos, y escuché a Silvio Rodríguez en persona.
Entre un millón de personas, la porra de la UNAM, y señoras llegando de rodillas en el Zócalo de la capital del país entendí que "El Peje" sería nuestro Presidente electo en funciones algún día. Espero llegue a serlo. Lo confieso, en ese entonces yo también lo deseaba, sin embargo seguí estudiando ciencias políticas y comprendí que sería un "pelele" más. Al igual que en la mayoría de las prospecciones que hago de la política nacional, odié tener la razón cuando dijo como presidente electo de la república que "no tocaría la macroeconomía".
Es que la "Revolución Mexicana" se conoce así solamente en México. Esa sangrienta guerra clasificada objetivamente no fue más que una guerra civil. Es la única guerra que al terminar se llamó Revolución y no cambió el sistema económico. México era Capitalista antes y después de la Revolución, hasta la fecha. Incluso antes de gobernar el país nuestro presidente electo ya dijo que lo seguiremos siendo.
Se ganaron un par de cosas con la guerra llamada Revolución. Educación gratuita y obligatoria, derechos laborales, se aseguró la posesión mexicana de la mayoría del territorio nacional, y el Estado se declaró laico. Matices socialistas que la oligarquía concedió, pero el Partido Revolucionario las empezó a devolver con tal de permanecer en el poder. En 1988 inició la Devolución Mexicana.
Como si no fuera suficiente ser juez y parte de las elecciones el gobierno mexicano quemó boletas, orquestó una "caída del sistema" y le arrebató a la población la decisión de que Cuauhtémoc Cárdenas fuera Presidente de la República. Esto lo hizo posible la complicidad del PAN que negoció su primer estado gobernado y le quitó lo laico a nuestro sistema. Le devolvió la personalidad jurídica al clero con las Asociaciones Religiosas.
Los que tienen hijos en la educación pública sabrán que no es gratuita y les digo, se va a poner peor. Puedes trabajar 16 horas seguidas y las 16 se pagarán al mismo precio, si es que te las pagan, y los extranjeros que viven en Mulegé ya no necesitan "prestanombres" porque ya pueden comprar todo México.Me es sumamente nostálgico enlistar todo lo que el Estado Neoliberal le ha devuelto al capitalismo voráz que medio frenó la Revolución Mexicana, como las pensiones, que la mayoría de los mexicanos no conoceremos ni en las clases de historia. Ya en tu mente debe haber algunas cosas que me resulta ocioso nombrar.
En caso de que la "derecha" y el partido "revolucionario" no haya terminado de devolvernos las condiciones de vida que teníamos en el Porfiriato, viene la "izquierda" y trata de revivir a los "rurales" con la policía única 3.0 o algo así.
Como dato curioso les comparto que el papel revolución se llama así porque la prensa en los tiempos de Don Porfirio solo existía si su gobierno lo permitía, ya que tenían el monopolio del papel. Periodistas y politólogos como los hermanos Flores Magón imprimían "Regeneración" en ese papel que producían clandestinamente. La prensa libre permitió que los revolucionarios fueran conocidos en todo México por algo más que delincuentes cuya cabeza tenía un cuantioso precio. Como esa condición no ha sido devuelta todavía por nuestro sistema a los tiempos de la dictadura declarada, permítanme desearles una feliz noche de la Devolución Mexicana.
Rafael Murúa