Niñas pariendo niñas

11 de septiembre de 2019

En el hospital general de Santa Rosalía -donde me desempeño como pediatra- es frecuente que lleguen niñas-adolescentes enviadas de los centros de salud periféricos, para tener a su bebé ya sea por parto o cesárea. La mayoría de ellas viven ya con su pareja que les lleva mínimo 5 a 6 años de edad. Bueno, hace tres días recibí a otro bebé hijo de una niña de 15 años. Conversé un rato con la mamá -de la paciente adolescente- quien no sabe leer ni escribir. Le pregunté cómo es que su hija estaba ya viviendo con ese hombre de 23 años. Su respuesta fue: “él fue a pedírmela y pues..." Me contó también que su niña no terminó la primaria y se dedica a estar en casa (de él, porque ya no vive con ella). Que la pareja es jornalero en un campo agrícola de Vizcaíno -donde viven-. "Lo bueno que no toma, ni fuma y es muy trabajador", terminó diciendo. El protocolo en estos casos es llenar una herramienta -formato- de detección de violencia (que usualmente el personal del departamento de psicología se encarga de hacer) y llenar el aviso que se lleva al ministerio público. Esto para que exista el antecedente por si a la postre la niña-adolescente quiere denunciar. Lo que no sé, es cuántas de estas víctimas han denunciado o si ninguna lo ha hecho; esto último es mi mayor sospecha. Estoy segura que son niñas que crecerán normalizando esta forma de vivir y lo peor, la perpetuarán, porque no tendrán la oportunidad de conocer otro modo de vida, ¿Qué hacer entonces para regresarles a las niñas su infancia?, ¿para evitar que el machismo siga arrebatándoles las oportunidades de una nueva forma de vida? ¿Qué alternativas ofrece el gobierno local y estatal para rescatarlas de un futuro sin futuro?, ¿para hacer valer sus derechos? Para castigar a hombres que manipulan y violan a menores de edad con el consentimiento de una sociedad individualista, que se hace de la vista gorda, haciendo como que no pasa nada a unos cuantos kilómetros de esta comunidad. El problema es muy grave y deberíamos todas y todos estar haciendo algo para resolverlo. No sólo este caso, la vida misma sería distinta si pensáramos y actuáramos como si la víctima fuese nuestra hija, amiga, sobrina, etc. Sin embargo, preferimos vivir en nuestra zona de confort mientras no nos ataña directamente. Todas esas niñas nos necesitan. Patricia Valenzuela [Tinta Negra](https://tintanegrasr.blogspot.com/) [Patricia Valenzuela](https://www.facebook.com/patricia.valenzuela.10) "Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz". Agatha Christie (Imagen tomada de internet)